Tras rodar Under Capricorn en Gran Bretaña, Hitchcock tenía pensado volver al continente americano, pero en el último momento decidió quedarse en Europa y rodar otro film en su país natal. El director, desde su juventud, fue un gran amante del teatro, y con este film resultó ser un homenaje a esto, pero solo se quedó en eso, ya que ninguna de estas dos películas rodadas en Inglaterra, no fueron éxitos algunos.
Tras la muerte del Sr. Inwood, la famosa actriz Charlotte Inwood (Marlene Dietrich), va en busca de Jonathan Cooper (Richard Todd), que está locamente enamorado de ella, la actriz lo convence para que vaya a su piso para buscarle un vestido, ya que el suyo está manchado de sangre, él cegado por amor accede, así es visto por una sirviente. Él, busca ayuda en su amiga Eve Gill (Jane Wyman), que está enamorada de él, ella lo ocultará e intentará probar que es inocente, durante este tiempo se hará pasar por una sirviente de la actriz, y conocerá al Detective Smith (Michael Wilding), encargado del caso.
El film se convierte en un whodunit, una clase de género que carece de suspense, es la razón por la que no deseaba hacer esas clases de películas. Y esta es la razón por la que quizás me aburrió un poco la película, y es que en ningún momento se ve esos momentos de peligro inminente, por esto, tampoco nos interesa ningún personaje de la película, llega un momento, en que te da igual quien sea el asesino u asesina.
Con respecto a los actores, la estrella del film, o por lo menos la más conocida para mí, es Marlene Dietrich, que interpreta de una forma genial a un personaje muy oscuro, del que nunca se sabe que está tramando. Richard Todd interpreta al perseguido, y me ha gustado, por la evolución que tiene su personaje, pese a que no aparece mucho. Jane Wyman, aún siendo la protagonista, es el papel que menos me ha gustado, no me convence esa inocencia. Y Michael Wilding, vuelve a repetir con Hitchcock, ya participó en el último film del director, y me ocurre igual que con la actriz protagonista.
Algo que si me ha gustado de la película, es la fotografía, es algo que siempre ha tenido geniales las películas del director, pero en este film, donde los personajes tienen un lado oscuro, un lado que no vemos, la utilización de las luces y sombras son fantásticas, sobre todo en la última parte de la cinta.
Pese a no ser tan desastre como el anterior film, Stage Fright, se puede catalogar como una de las obras inferiores del director. En mi opinión, a partir de 1951 y hasta 1960 o 61, vendrá la mejore etapa del director, donde producirá las mejores películas y las más famosas de toda su carrera, así que en las próxima semanas, vamos a disfrutar mucho con Hitchcock. Os dejo como despedida, la imagen de su cameo:
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